A continuación les presento un estudio bibliográfico que realicé sobre la presencia de productos farmacéuticos en el medio ambiente. Como Farmacéutico de formación, es de gran interés para mí desde el punto de vista bioquímico y farmacológico. Sin embargo, considero que a todos nos concierne para ponernos a reflexionar sobre el uso masivo de todos esos productos cosméticos y farmacéuticos que nos hacen la vida más cómoda y saludable. He aquí la primera parte del texto. ¡Espero sus comentarios!
INTRODUCCIÓN
Desde que los conocimientos de la química orgánica facilitaron el diseño de nuevas sustancias con fines terapéuticos, la cantidad de fármacos ha aumentado vertiginosamente con la finalidad de estar disponibles en el mercado para tratar los diversos padecimientos que aquejan la vida de la especie humana. Gracias a estas sustancias se han salvado las vidas de millones de individuos. Sin embargo, detrás de estos acontecimientos llenos de despreocupación tras el alivio de enfermedades, queda un aspecto prácticamente ignorado y poco estudiado: el efecto que puede causar en el ambiente la cantidad descomunal de medicamentos que emplea la humanidad entera para tratar enfermedades.
El medio ambiente se ha visto amenazado desde que el hombre descubrió el fuego y posteriormente la agricultura. Sin bien los efectos dañinos en aquellos tiempos eran mínimos, pues se trataba de una población humana muy pequeña en comparación a la que actualmente existe, no es correcto decir que el deterioro ambiental es reciente. Los estragos fueron mucho mayores a partir de los siglos XVIII y XIX cuando las aplicaciones de la física y la química dieron lugar a la llamada Revolución Industrial que permitió el uso masivo de los combustibles fósiles para obtener energía. También el avance de las ciencias biológicas y de la salud incrementaron sus conocimientos permitiendo una mejora en la calidad de vida y sanitaria evitando la muerte de millones de personas y permitiendo que éstas vivieran más tiempo, lo cual dio paso al crecimiento exponencial de la población mundial que aún en la actualidad estamos viendo.
El deterioro ecológico provocado por las actividades humanas se puede dar de tres formas principalmente (Daughton Christian G, 2005):
-Fragmentación o perturbación de los diferentes hábitats.
-Alteración de la estructura de las comunidades.
-Contaminantes químicos.
A esta última corresponde la presencia de diversos productos de uso común como detergentes, fragancias, cosméticos, pesticidas, gases derivados de la combustión de combustibles fósiles (gases invernadero) y, por supuesto, fármacos y sus metabolitos.
El impacto de los productos farmacéuticos se puede dar en dos niveles (Boxall Alistair, 2008):
-Impacto generado durante su fabricación.
-Impacto generado durante y después de su uso.
Afortunadamente se han hecho algunos estudios en los que se ha puesto de manifiesto que sí es afirmativa la presencia de dichas sustancias en los ecosistemas (Bringolft R B, 2007). La presencia de fármacos y sus metabolitos ha sido comprobada y calculada mediante diversos protocolos de química analítica (Augulyte Lijana, 2008; Brooks Bryan, 2002; Diordo Ana, 2007; Dlugolecka Maja, 2007; Knacker Thomas, 2005). Dichos resultados arrojan datos sumamente alarmantes, ya que hay fármacos que se encuentran en concentraciones relativamente altas como para ejercer algún tipo de acción y manifestar efectos.
Muchas sustancias que actualmente se consideran nocivas tanto para la salud del ser humano como para el ecosistema antes eran catalogadas como buenas o al menos inocuas. De manera que muchas de las que actualmente puedan considerarse inofensivas podrían resultar nocivas tras estudios sobre su impacto a largo plazo.
Dichos estudios incluyen análisis de: a) incidencia de dichas sustancias, b) exposición a éstas, (vías de exposición con efectos más severos) y c) efectos a corto y largo plazo sobre el ser humano, las diferentes especies que puedan estar expuestas y los efectos globales en los ecosistemas.
Los resultados obtenidos hasta el momento indican la presencia de estas sustancias tanto en suelos y ríos donde se vierten las aguas negras de grandes ciudades y finalmente donde desembocan éstos, el mar.
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