Horowitz tocando "Escenas de la Infancia"

Estaba revisando mis partituras de piano, ya que quería retomar varias obras que había aprendido cuando tomaba clases, me topé con la obra completa "Kinderszenen" de Robert Schumann, que traducido del alemán al español significa "Escenas de la Infancia". Cundo las vi lo primero que hice fue ojearlas y observar las correcciones y observaciones que mis profesores me habían hecho y súbitamente sentí una melancolía, una sensación de añoranza de aquellos días que se han ido y nunca más van a volver...

Por otra parte me dieron ganas de tocar el primer movimiento que fue justamente en el que me enfoqué cuando la estuve estudiando. Fue en ese momento cuando me sentí transportado de cierta forma a aquellos días (no estoy tan viejo, tengo 24 años).

Esta obra está dividida en 13 movimientos cada uno de los cuales se puede considerar como una pieza individual pero en conjunto tienen relación y forman la obra completa. Otra característica es que cada movimiento tiene un nombre específico, a diferencia de otras obras cuyos movimientos se designan con números o con la agógica musical (la velocidad de las obras: Adagio, Andante, etc).

Todos los movimientos de Kinderszenen son bellísimos, pero a mí en lo particular me gusta mucho el primero, traducido en español como "De personas y países extranjeros", y el número siete titulado "Träumerei" (Soñando, min 6:09) siendo este último particularmente conmovedor, tranquilo, profundo y a la vez melancólico...

Aprovechando que el día del Niño está muy próximo, quiero compartirles este video en que interpreta el pianista Vladimir Horowitz, quien falleció a finales de la década de los ochenta manteniéndose activo musicalmente incluso hasta sus últimos días. Justamente en esta interpretación se puede observar el pasar de los años en su expresión...

Tomen un tiempo a solas o un lugar muy calmado, con audífonos de preferencia, y disfruten de esta maravillosa interpretación de un gran pianista quien a través de la música, recuerda aquellos momentos lejanos de su infancia. Horowitz lloró al finalizar esta interpretación...

¡¡Véanlo!!